Hoy fueron las madres clarisas las que nos recibieron con los brazos abiertos. Nos acogieron en su casa, en su capilla, y nos ofrecieron el regalo de sus voces para poner la banda sonora a la Eucaristía de esta mañana. Escuchándolas, uno realmente se siente más Cerca de Ti. El Evangelio hablaba de los dichosos que creen sin haber visto y en la oración de los fieles se pedía para que todos los participantes en esta XXI edición del curso de verano de la Fundación Luis de Trelles volvamos a nuestras casas, a nuestras vidas, con la certeza de que aún queda esperanza, de que aún podemos convertir el mundo en un lugar mejor; porque como decía Saramago, en el mundo hay dos superpotencias, una es Estados Unidos, la otra... la otra eres tú...
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