Terminó. Tras cuatro intensos días, acabamos de clausurar el XXI curso de verano que bajo el título de Luis de Trelles, un laico comprometido de nuestro tiempo, la fundación Luis de Trelles trajo hasta Ribadeo estos primeros días de Julio. Cuando comenzó toda la andadura de este curso, todo el trabajo, todas las dudas, los imprevistos, nuestra salida al cibermundo... Cuando empezó todo, pensábamos en la mala suerte que suponía tener que utilizar prácticamente para todo la misma imagen de Don Luis... si es que ya tenemos gastado el cuadro!!!... Pero con el paso de los días, nos hemos dado cuenta de que en realidad es una suerte. Es estupendo que todos tengamos esa imagen de Luis de Trelles, esa sonrisa entrecortada, esa mirada serena, ese rostro cortés, esa paz... Durante este curso, como durante todos los que lo precedieron, hemos ido enriqueciendo nuestra imagen de ese gran hombre, hemos intentado conocerlo, comprenderlo, admirarlo... Hemos intentado, en fin, poder algún día confesarle, como Don Celestino de Pazos, que por haberle conocido antes hemos sido mejores personas...
En Ribadeo queda ahora vuestra casa. Pero de Ribadeo también nos llevamos una responsabilidad importante; la de contar y vivir todo lo aprendido estos días: Que aunque todo esto termine y no nos veamos más, la esperanza aquí nacida nunca nunca morirá... Graciñas por todo.
Vale la pena seguir, Brotes de Olivo (1980)
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